sábado, 29 de agosto de 2009

EL LEÓN DE PRAGA YA NO RUGE MÁS...


Con 37 años sobre su lomo. Pavel Nedved decidió retirarse del fútbol oficial. El "león de Praga", apodo que se ganó por la ciudad de su país de origen y por su melena rubia siempre vigente, colgó los botines en el club donde jugó sus últimas ocho temporadas como profesional: La Juventus de Italia.

Su carrera comenzó en el equipo Dukla Praga, para luego pasar al Sparta Praga, el club más importante de la Republica Checa. Allí ganó 3 títulos de Liga y una Copa de Liga.
Gracias a sus buenas actuaciones, la Lazio de Italia puso sus ojos en él.

Con el conjunto de la capital italiana ganó la Serie A en una oportunidad, 2 copas de Italia y también 2 Supercopas de ese país. A nivel internacional obtuvo una Recopa de Europa y una Supercopa de Europa

En la temporada 2001/02, fichó por la Juventus, donde lograría entre otras cosas, la Serie A en dos ocasiones. Pavel fue uno de los jugadores que decidió quedarse en la “Vecchia Signora” en el momento que descendió a la segunda división. Un gran gesto para con los hinchas y con el club que tanto le dio.

A nivel selección, participó en la Eurocopa de 1996 donde se consagró subcampeón. En su única estadía en un Mundial, se quedó afuera en primera ronda. Eso fue en Alemania 2006, donde compartió el grupo nada más y nada menos que con Italia, el campeón del mundo. En el 2004 le otorgaron el botín de oro como el mejor jugador del viejo continente.

Se fue otro de los grandes jugadores que quedarán en la historia del fútbol mundial, siempre dejando una huella en el tiempo.

martes, 25 de agosto de 2009

RESPETO, SOY ARGENTINA


El fútbol argentino está atravesando una crisis muy profunda en el ámbito de clubes y también en la Selección Nacional. La cuestión, más allá de los problemas económicos en las instituciones deportivas, es netamente futbolística.

Los equipos más importantes del país ya no pisan fuerte en los torneos internacionales y la impronta que dejaron años atrás lentamente está siendo borrada y olvidada. Lejos quedaron el River de Francescoli, el Boca de Bianchi o el Independiente de Bochini.

Ya se les perdió el respeto a todos estos clubes, los cuales quedan eliminados rápidamente de las competiciones importantes o ni siquiera tienen la chance de participar en ellas.

Toda esta situación se fue trasladando al Seleccionado Nacional, planteles sin alma, que ya no tienen la mística creada por sus antecesores, esa que los llevó a ganarse la respetuosidad de las distintas selecciones del mundo.

Jugadores que cruzan el charco y se presentan a las órdenes del DT de turno, sólo por compromiso, para cumplir y luego volver a sus correspondientes equipos.

Pareciera que la camiseta celeste y blanca no tiene el mismo peso e importancia que tenía antes. Un ropaje que el argentino común, amante del fútbol, sueña por las noches con poder vestirlo y que llega a considerarlo una capa más de su piel, es desprestigiado por otros que tienen la oportunidad divina de transpirarlo.

Quizás para algunos deportistas pese más el dinero y el prestigio otorgado por jugar en el viejo continente, que el amor por la tierra que los vio nacer y los catapultó a la gloria. Cuando cambie ese pensamiento, se podrá volver a soñar con llegar a la cima del fútbol mundial.

Hoy es imposible lograr un objetivo si no se trabaja en conjunto y a pulmón, ya que un equipo no puede ser sólo un hombre más diez. La materia prima está, pero hay que saber como usarla.

domingo, 16 de agosto de 2009

100 % LUCHA




Cualquiera al ver las imágenes podría llenarse la boca hablando estupideces, diciendo que los jóvenes son mal influenciados por los payasezcos personajes de la TV. o por los “violentos” dibujos de Anime. La cuestión va más allá de eso…

Los chicos de la novena división de los clubes Boca Juniors y River Plate, protagonizaron un hecho lamentable en un partido disputado en Ezeiza. Las protestas por una decisión arbitral, terminaron en un tumulto que incluyó trompadas, patadas e insultos al por mayor.

Las consecuencias de esta batalla fueron los rostros de chicos de 14 años, sangrando como si volvieran de la guerra o de una pelea de pandillas.

La pregunta es ¿Quién es el culpable? Varias son las posibles respuestas a este interrogante:

Padres: Los que buscan la salvación en sus hijos, son los primeros que le inculcan la educación y son los que viven peleando desde las tribunas con árbitros y otros padres.

Jugadores profesionales: Ellos son los que tendrían que dar el ejemplo y no lo hacen. Piñas e imágenes vergonzosas, incluso en partidos “amistosos”, son las que recorrieron todos los canales y programas deportivos en este último tiempo. Profesionales que ante cualquier roce se van a las manos, olvidándose que el fútbol es un deporte de contacto. Si tanto molesta eso, deberían tener en cuenta que existen las escuelas de ballet.

Los medios: Son los encargados y responsables, de promover y darle lugar a estos hechos decadentes. Claro que este suceso es un producto que vende y es tapa en todos los diarios.

Los hinchas: Esos que al ver las escenas se divierten y alientan. Son los primeros en lanzar los comentarios de “que se joda por gallina” o “eso le pasa por bostero”.

El día que cambie la mentalidad de los sujetos mencionados anteriormente, los más chicos podrán aprender lo que es el valor del compañerismo y el respeto.